POR FIN, LA LLUVIA
No recordaba la última vez
que lo había hecho,
pero hoy sentí un llamado
que me vi impelido
a escuchar y luego seguir;
ese hondo llamamiento
provenía de la lluvia.
Este fenómeno natural,
ahora egoísta visitante,
apenas convertido en recuerdo
de mi lejana infancia,
cuando nos guarecíamos
de varios días seguidos
de intensa lluvia.
Tantos meses seguidos sin ella
me hacían pensar un futuro
para este proceso natural,
entendible como un prodigio tal
que en la oferta turística
aparecerán uno o más paquetes
para viajar a observar la lluvia.
Así fue que esta mañana
cuando la vi llegar con timidez
desde la altura de mi ventana,
saqué de un cajón mi traje de baño
y sin decir nada a mi mujer
(para que no me creyera loco)
salí a abrazarme con la lluvia.